Se trata de maestras del colegio Santa Teresa de Jesús. Para enseñar mejor y poder comunicarse con dos de sus estudiantes de primaria decidieron capacitarse e involucrarse con la comunidad sorda.
Hace más de cuatro años, Mora, una niña con hipoacusia se incorporó a la salita de 4 del colegio Santa Teresa de Jesús en la Ciudad de Córdoba, desde entonces, sus maestras comenzaron un proceso de cambio para una mejor convivencia en el aula.
Actualmente Mora está en tercer grado, pero además de ella también se encuentra Ángeles, en primer grado y con igual condición.
Durante 2020 la mayoría del cuerpo docente de la primaria realizó el curso de lengua de señas y este año continúan con el segundo nivel.
“Sería un gran logro que todos los docentes pudiéramos saber, aprender y acercarnos a este mundo. Hemos aprendido cómo las personas sordas experimentan su vida y las limitaciones que van teniendo porque nosotros, los oyentes, no nos ponemos en su lugar”, comentó Paula Pesarini, directora de Nivel Primario Inicial del Colegio Santa Teresa de Jesús a Cadena 3.
“Este aprendizaje implica entrar en contacto con la cultura sorda y entender cómo otras personas al lado nuestro no se pueden comunicar y se pierden cosas lindas. Cuando uno aprende, entra en contacto, se produce la magia y entiende que no es difícil, ni nada del otro mundo”, detalló.
El aprendizaje de la Lengua de Señas Argentina (LSA) no está incorporada en la currícula de formación de los maestros y queda a voluntad y al esfuerzo económico de cada uno.
Para la docente, ante la presencia de estudiantes con hipoacusia se necesita además del apoyo desde la formación, la presencia de intérpretes en los colegios. Sin embargo, eso implica un costo, ya sea para la familia o la institución.
“Contar con ellos en las escuelas para que colaboren y acompañen a las personas sordas porque eso le abre un mundo de relación con los demás”, opinó.
“Yo aprendo lengua de señas y me comunico con mi alumna y charlamos, pero se pierde de lo que pasa a su alrededor y de lo que no percibe porque no escucha y el intérprete va como traduciéndole el mundo”, explicó.
Sin estos recursos se limitan los vínculos, porque no todas las compañeras aprenden Lengua de Señas.
En cuanto al rol de los docentes, asegura que el desconocimiento “limita la charla, entender lo que el alumno necesita, lo que le pasa”, y en consecuencia la misma enseñanza.
“Entrar en contacto te va sensibilizando, pero te das cuenta de hasta dónde llega el sufrimiento del otro que en este caso es por no poder comunicarse. Es sólo eso, y cuando encontramos una lengua en común, surge todo el encuentro, el diálogo, el aprendizaje, el vínculo, todo”, concluyó.